viernes, 11 de noviembre de 2011

Otro poemita

1




Donde está tu voz

perdida en los altavoces del aeropuerto?

Donde llevas vos

tu herida oculta de las luces y la neblina?

Es de noche y ya

No hay salida



4-5-11

martes, 14 de junio de 2011

Poema numero uno

‎1


El cielo es una hoja

en la que cayó

el agua en que lavaste

tus pinceles.

...Las cinco de la mañana

no es una buena hora

para que me sigas

hasta casa

Pero te invité…



Asi es el amor

-

Mientras la luna

Se desdobla y baila

Sobre el Támesis



2

Al principio de esta noche,

cuando empezaron los flashes

de las sesiones del álbum

no te vi entre tantos tragos, tantas chicas, tanta gente

Y ahora que mis pasos

con los tuyos

resuenan en la escalera,

ahora que ya hablamos

de mi música , de Matisse y del magenta

ahora entremos,

y tiremos la llave

afuera





28-5-11

lunes, 20 de septiembre de 2010

Elogio del fisgón

Un texto donde traté de articular algunas cuestiones psicoanalíticas con la ética del espectador...Para la revista Algebra & Fuego



ELOGIO DEL FISGÓN

Un hombre se aburre en su casa. Está inmovilizado en una silla de ruedas con su pierna rota. Es fotógrafo, le gusta mirar. Desde su ventana se observa el barrio, se ven otras ventanas. En cada una de ellas una historia tiene lugar: alguien sufre su soledad en silencio y recibe visitantes imaginarios. Una pareja de recién casados estrena departamento. Otra mujer nunca está sola, tiene demasiados pretendientes pero nadie parece amarla realmente. Mas allá un matrimonio soporta la ausencia de su hijo tratando al perro como si fuera éste. A la izquierda un pianista alcohólico compone y toca una y otra vez la misma melodía. En otra ventana algo más ominoso se adivina: un hombre llamado Thorvald parece haber asesinado a su mujer. El fotógrafo mira, observa, espía y saca conclusiones, sufre y se interesa. Ese hombre es Jeff, el protagonista de Rear Window (La Ventana Indiscreta. A. Hitchcock 1954), y cuando vamos al cine todos somos él.

En Rear Window el mirar se muerde la cola: miramos a alguien que mira, es mas, varios personajes comienzan a mirar. El virus de Jeff se expande, su novia Lisa y hasta su enfermera se implican en las maquinaciones del fotógrafo. La hipótesis es simple, la moral es cristiana, como siempre en Hitchcock: si la Sra. de Thorvald “sólo está de viaje,” como afirma el policía que investiga el asunto, entonces en su casa no puede estar el anillo de bodas, ya que ninguna mujer viaja sin su anillo de casamiento. Allí, hasta el departamento de la supuesta víctima se arriesga a ir Lisa, en la búsqueda metafórica de ese otro anillo tan deseado por ella, ya que la hemos visto hostigar a Jeff durante toda la película con su deseo de casarse. Finalmente, en una escena maestra, llega Thorvald a su departamento justo cuando Lisa encuentra el anillo. Jeff llama a la policía para evitar que el asesino cometa un segundo crimen, Lisa está en problemas, pero sabe que desde las sombras Jeff está viendo el desenlace. De espaldas a la cámara le muestra a su amado la mano con el anillo de la víctima. Los policías no advierten ese gesto, Thorvald sí. En ese momento descubre que hay otro mirando la escena. El desenlace ocurre cuando enfrente a nosotros el asesino, mira desde el fondo de su casa-ventana a Jeff.

Lo ve, lo mira, nos mira.

Jeff deja de ser un espectador, ya es un personaje de la trama.

El efecto es el mismo que produjo el cuadro Las Meninas a uno de sus primeros espectadores, al poner en el mismo punto a éste, a los reyes y al pintor mientras lo pintó. Fruto de la mirada que atraviesa la tela, somos el modelo, estamos dentro del mismo espacio, participamos de la obra gracias al juego de las miradas. Aquél espectador, asombrado preguntó: “Y donde está el cuadro?” sin percibir que por lo señalado él formaba parte de aquél.-

Este es el mejor ejemplo para ilustrar lo que Lacan trabaja con respecto a La mirada en el Seminario 11. Esta estará siempre afuera, en el objeto. Mas que mirar, soy mirado. Captado por aquello que entrampa a mi visión, soy el cuadro: ese punto paradójico socava nuestra posición de observadores neutrales, objetivos y nos ata al objeto observado. Este es el punto en el cual el observador queda incluído, inscripto en la escena observada, en cierto sentido es el punto desde el cual el cuadro nos mira, nos devuelve la mirada…”(1)

Aquí es que quiero detenerme para que Uds. Enlacen esta mirada viniendo desde afuera con aquella que existió en el principio, antes de la identificación especular, antes de que el asentimiento que constituye al Yo le haga ignorar que más que mirar es mirado. Parece raro, pero los que leímos a Lacan estamos acostumbrados a pensar esto en relación a otra pulsión, a la invocante y es que antes de hablar fuimos también hablados, es más fácil de entender o más familiar de oír, se habló antes de nosotros, antes de nuestro nacimiento, incluso de nuestra concepción. Cuando hablo creo que digo lo que quiero, pero no hace falta mas que yo le diga un piropo a una señorita y reciba o un carterazo o una sonrisa para saber que el sentido de lo que dije, al igual que la mirada, me viene desde afuera. También nos olvidamos de ello, sería imposible vivir sintiendo que todo lo que digo me viene desde Otro, como le ocurre al sujeto en la Psicosis; y es a su vez porque es así que hay Psicoanálisis, hay una hiancia entre el decir y el querer decir en la que se instala la escucha del psicoanalista.

Cuando Jeff es visto y deja de ser espectador se rompe bruscamente nuestra identificación con el personaje en tanto fisgón .Los últimos vestigios de que somos Jeff los observé proyectando el film frente a un grupo de alumnos. En el preciso momento en que la mirada de Thorvald se dirige a Jeff, varios de los alumnos hicieron el ademán de esconderse.

Es así que por esta vía y mientras Jeff no es descubierto nos identificamos con él en el plano más íntimo que éste tiene de cinéfilo: el que mira sin ser mirado.

Una vez que Jeff es visto debe cambiar de lugar, hacerse cargo de su mirada.

Quedamos así protegidos de tener que responder la pregunta que el asesino le dirige a Jeff.: ¿Qué buscas, qué quieres de mi?. Pregunta que interpela al deseo del que mira: ¿qué placer, que secreto goce obtiene usted de este asunto?. Para algunos lo que atrae la mirada de Jeff por sobre las otras ventanas es que el asesino pone en escena su fantasma de deshacerse de su propia mujer, Lisa, a quien desprecia, considerándola una snob, aunque no impide que tal pregunta nos interrogue, atosigue, persiga, fuera de la sala de proyección, en tanto neuróticos, ya que es la pregunta que el Psicoanálisis ubica en la aparición misma del deseo[2] : Che vuoi?, que quiere el Otro de mí, qué me quiere el Otro? podríamos decir , forzando un poco la traducción. A esa pregunta se enfrenta el sujeto en su constitución fantasmática y es con la que se topa, claro, en todo análisis.-

Asi es que quizás no debemos quedarnos tan tranquilos, ya que si bien no fuimos descubiertos, como Jeff, tarde o temprano llegará otro Thorvald, el nuestro. El que nos preguntará finalmente a la salida del cine ¿Qué deseo nos convoca a mirar, a seguir mirando…………?


Carlos Egaña



1) "Mirando al sesgo" Zizek



[2] J.Lacan Escritos 2 :Subversión del Sujeto y Dialéctica del Deseo pág 794.Ed SXXI

sábado, 27 de marzo de 2010

Hombres Bajo la Lluvia


Hace mucho mucho tiempo...en una galaxia muy lejana...había un suplemento llamado "de lado a lado" que editaban mis amigos Raul de Paoli y René Palmieri en un diario de Zárate (1997 o 98, no recuerdo). Este texto fue lo primero que escribí y lo subo al blog porque siempre me gustó la lluvia en el cine. Un amigo un tiempo después me dijo que faltaba el beso que Mel Gibson y Sigourney Weaver se dan bajo la Lluvia Torrencial en Jakarta durante el año que vivieron peligrosamente..., probablemente no lo haya recordado ya que mientras escribía aquello pensaba en los que sufrían por el amor perdido y el beso en Indonesia es un beso feliz...seguramente los que lean recordarán otros hombres bajo otras lluvias, bajo otros besos....
saluc!!!!

este es el link de la escena mencionada





HOMBRES BAJO LA LLUVIA.


La lluvia, se sabe, purifica. Aunque sea de una ducha; si no, pregúntenle a Janet Leigh, que acude a ella luego de transformarse de eficiente secretaria en fugitiva en Psicosis (1). Tanto Friega y friega la pobre Janet su cuerpo de culpa y cargo que la sorprendió Mamá Bates, a quien no le gusta nada que su hijo traiga chicas a casa.-

El agua sana y salva, bendice y bautiza. Ocupa tres cuartas partes del globo y buena parte de nosotros los humanos. Su ausencia crea espejismos y su exceso terror. El genial Ballard se animó a imaginar a un mundo bajo ella (2) y sin ella (3), con las consecuentes transformaciones subjetivas de los protagonistas.

El cine la convocó en muchas de sus más bellas imágenes, desde la obvia “Singing in the rain”(4) hasta ”Waterworld”(5), pasando por “La última ola”(6) y “El Abismo”(7). Cae incesantemente sobre Rick Deckart en buena parte de “Blade Runner”(8) y se confunde con las lágrimas en la memorable reflexión del replicante Nexus 6 moribundo al final del film: ``Yo he visto cosas que sus ojos no creerían. He visto atacar naves en llamas mas allá de Orion. He visto rayos C brillar mas allá de la Puerta de Thanhausser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas bajo la lluvia. Es hora de morir``

Dos agonistas / antagonistas la padecen en “Apocalypse Now”(9) en dos momentos inolvidables. Recordemos primero entonces a Kurtz (Brando) caminando bajo la torrencial lluvia asiática con la humana cabeza del ultimo contacto de Willard (Sheen) con la civilización/realidad, objeto que arroja displicentemente sobre este último a los fines de instruirlo sobre lo que implica pertenecer Al Otro Lado.

El segundo momento nos muestra al enlodado rostro de Willard en un primer plano que emerge de las aguas al tiempo que un relámpago refulge sobre sus ojos. Su mirada asume su destino y se alza con la cimitarra presta mientras, sí, llueve otra vez en el cine. Nos emocionamos cuando sabemos (y sabemos que él sabe) que Kurtz será (auto) sacrificado, como el animal que en el ritual pagano que celebra la tribu (y que en montaje paralelo nos muestra Coppola) bajo, otra vez claro, el agua que cae.-

Ahora bien, si lágrimas bajo la lluvia ya parecía una redundancia, qué decir si estas caen por el amor de una mujer. Y es en este espacio donde queremos rescatar a tres personajes a los que ese acto define. Son ni más ni menos que eso, Hombres Llorando Bajo la Lluvia por el amor de una mujer a quien desean y comprenden que no les está destinada.

Los espectadores los admiramos, las espectadoras se enamoran.

El patetismo de Frederick Forrest en “Golpe al Corazón” (10) mientras el avión de su querida acompañada por el compadrito de Juliá, parte casi despeinándolo hacia Boro-Boro, es el primer indicio de que el cine puede ser un cruel divertimento.

Otro que bien se moja es Carlito Brigante (Al Pacino) en la soberbia “Carlito´s way”(11). Su triste figura sobre las terrazas de New York utilizando de paraguas la tapa de un cubo de basura mientras mira/admira a Gail ( Penelope Ann Miller ) no es un buen comienzo para alguien que desea por destino un lugar en El Paraíso.-

Pero si hay una escena que merece cerrar esta breve, incompleta y caprichosa antología es la del fotógrafo Robert Kincaid (Clint Eastwood) que bajo el torrencial aguacero mira a su amante paralizada por su inesperada presencia, sobre todo si ésta se encuentra en companía de su esposo que ignora lo que los espectadores no: esos bellos días en que bajo Los Puentes de Madison (12) sus vidas cambiaron para siempre por un breve lapso de tiempo que atesoraron para sí, y en el caso del personaje de Meryl Streep (Francesca), para sus hijos. La escena dura una eternidad, tiempo existencial que le dicen, pero hay más. Robert sube a su camioneta y avanza. Un semáforo lo detiene y atrás frena la camioneta con Francesca y su esposo. Mientras la lluvia arrecia, vemos desde la posición de Francesca que Robert mira por el espejo retrovisor y entonces, un gesto que nos emociona, él se saca la cadena que ella le dio y que era suya, y la cuelga del espejo. Acto que transforma la historia secreta de los amantes en amuleto, en signo de protección, ahora si, eterno.- También por último aprendemos que las escenas que mas nos gustan y nos emocionan pueden ser por qué no, injustas.-

Referencias

1- “Psicosis “(1960) Dir.A.Hitchcock.

2- “El mundo sumergido” (1962) J.G.Ballard. Ed. Minotauro

3- “ La sequía” (1965) J.G.Ballard. Ed. Minotauro. “

4- “ Cantando bajo la lluvia” (1952) Dir. G.Kelly, S, Donen.

5- “Waterworld” (1995) Dir. (K.Reynolds)

6- “La ultima ola”(1977) Dir. Peter Weir.

7- “ El Abismo” (1989)Dir. J.Cameron.

8- “ Blade Runner” (1982) Dir.R.Scott.

9- “Apocalipsis, ahora” (1979) Dir. F.Coppola.

10- “Golpe al corazón” (1984) Dir.F.Coppola.

11- “Carlito´s Way”(1993) Dir B.De Palma

12- “ Los Puentes de Madison” (1997) Dir. Clint.Eastwood



jueves, 9 de julio de 2009

El Acto en Cuestión

Me gusta el cine y el Psicoanálisis. Y una vez escribí esto para una revista que se llamaba "Algebra y Fuego" tenía que ver con que había vuelto a ver "Las alas del deseo" de W.Wenders...ahí va:

El Acto en Cuestión

Mi honra está en juego y de aquí, no me muevo…”

Les Luthiers

Año 1917. La figura de un hombre se recorta sobre las terrazas de N York. El telón de fondo es una fiesta católica en Little Italy. El hombre se desliza hacia los pisos superiores de un departamento y ya adentro afloja una de las lámparas del pasillo del edificio, envuelve su arma en una servilleta y espera. Cuando la victima llega dispara sin piedad. Mientras la servilleta se incendia, vemos que el herido de muerte es Don Fanucci, representante de la Mano Negra que tiene a mal traer al Barrio con sus exigencias. El asesino ya no será quien era antes de esa acción, su acto lo ha transformado: será recordado desde ahora y para siempre como Don Vito Corleone, El Padrino .El film referido es The Godfather part II 1975. de F.F.Coppola Hay un antes y un después para este personaje , y esta es la escena que traza el límite. Los espectadores asistimos al momento donde Vito ha/es decidido asumir su destino.

Lo mismo vale para su hijo Michael en The Godfather ( 1972) de F. F. Coppola, cuando se carga a Vincent Sollozo y al sargento de policía Mc Cluskey, torciendo su porvenir de héroe de guerra para hundirse para siempre en el camino del Otro en Nombre de su padre.

La pregunta: ¿Qué hubiese pasado si Michael no cometía ese hecho?. Es la posibilidad de la conjetura lo que da al acto todo el valor de su dimensión.

El concepto de Acto fue trabajado en Psicoanálisis por Jacques Lacan (1), quien le dedicó un seminario entero, a los fines de aislar lo que tiene de específico el acto en relación al psicoanálisis mismo.-

La idea que cobra forma a medida que avanzan las clases del seminario es la siguiente: Un acto no es solo un movimiento o una descarga, está ligado específicamente a la noción de compromiso. El reconocimiento del acto no puede llevarse a cabo por quien lo comete, ya que él mismo está siendo transformado por ese acto. Si un acto es un acto verdadero, eso provocará el advenimiento de un sujeto. Un sujeto diferente del que existía, y que implica para él un COMIENZO ABSOLUTO, engendrando para este sujeto su propia nominación (así diremos que Vito no era Vito, ni Michael, Michael antes de las escenas mentadas)

Para el Psicoanálisis entonces un acto es aquello de lo que resulta un sujeto (y la noción llevada al extremo diría que lo funda, lo produce), en función de que ESE acto le traerá consecuencias por las que deberá responder. El término resulta paradójico ya que implica que el ACTO no puede deducirse de la historia previa del sujeto, pero una vez realizado, da cuenta de aquella a posteriori, pareciendo que quien lo lleve a cabo no hubiera podido hacer otra cosa que lo que hizo.-

Claro que no todo acto es un asesinato y así podemos leer el del periodista interpretado por Sam Watherson en Los Gritos del Silencio, ( The Killing Fields) (1984) de Roland Joffé cuando decide ser leal a su amigo e intérprete camboyano y no salir del país usando el salvoconducto que beneficiaba a los ciudadanos americanos, sufriendo junto a aquél el terror impuesto en los campos de concentración por el Khmer Rouge. Quedándose ahí donde otros se van, el acto del personaje lo tornará inolvidable. Es lo que se llama, literalmente, poner el cuerpo.-

Pareciera entonces que no hay acto que no conlleve una ética y mucho menos que prescinda del cuerpo: del estar-ahí.

Y si de cuerpos se trata hay una película que habla específicamente sobre el acto y el cuerpo, ese lugar en el que habitamos diariamente, esa cárcel del alma según Platón: Nos referimos a Las Alas del Deseo,(Der Himmel über Berlin) ( 1987) de Win Wenders.- En ella Cassiel y Daniel son dos de los Ángeles que habitan el Cielo Sobre Berlín. Los Ángeles son eternos y bondadosos, moran en bibliotecas, acompañan durante el film a un viejo filósofo, a un actor (que resultará un ángel converso) y traen paz a desperados y moribundos. Pero carecen de sensaciones: aquello que nos torna -a los que no somos ángeles-, demasiado humanos. Así uno de ellos, Daniel, sigue durante un buen tramo de película a Marion una trapecista solitaria: escucha sus pensamientos, su barruntar melancólico, su esperanza de un amor por venir en la soledad en que la deja la ida del circo.

Y entonces Daniel se enamora.-

Decidido a encarnar el amor que espera la trapecista, el ángel enamorado elige tener un cuerpo. Elegido por el amor Daniel quiere sentir, amar, sufrir y gozar. La decisión estética de Wenders, (el film hasta ahora en blanco y negro vira en ese momento al color) acompaña el acto ético de su personaje. Daniel cae en el Tiempo y ya es un hombre. Es además, -en términos psicoanalíticos- un sujeto, que ha abandonado el limbo del des-ser para encontrar a su compañera. No verá mas a los demás ángeles, sus ex -compañeros de ruta. Y tampoco será, claro está, nunca mas eterno, aunque podrá ahora en buena ley sentir los labios de la mujer que ama.- *

Es decir, que podemos señalar aquí que la consecuencia inmediata de lo que llamamos acto es que conlleva necesariamente una pérdida respecto al trazo previo del devenir de aquél que elige llevarlo a cabo. Este brusco viraje que funda a un sujeto a la altura de su nombre, lleva la traza del dicho que afirma que “el que no arriesga no gana”….. su lugar en la Historia, diremos nosotros.-

Carlos Egaña.-

Referencias :

(1 )J.Lacan.Seminario 15.El Acto analítico.( Inédito)

* Monólogo de Daniel: -Me adentré en el río. Vieja máxima humana oída a menudo. Por fin hoy la comprendo. Ahora o nunca: instante del vado. Pero no habrá otra. Sólo hay vado si estamos en el río. ¡Entremos en el vado del tiempo, en el vado de la muerte! ¡Dejemos el mirador de los no nacidos! Mirar no es mirar desde arriba sino de la altura de los ojos.
Primero me tomaré un baño. Después iré a afeitarme, de ser posible, a un barbero turco. Que me hagan masajes hasta la punta de los dedos. Luego compraré el periódico y leeré desde los titulares hasta el horóscopo. El primer día dejaré que me sirvan. Si me piden algo los mandaré al vecino. El que tropiece conmigo me pedirá disculpas. Me darán empujones y los devolveré. En el bar lleno, el patrón me buscará una mesa. En la calle, el coche del alcalde parará y me acercará un trecho. A todos seré familiar, a nadie sospechoso. No diré una palabra y entenderé todas las lenguas. Así será mi primer día.

Tiempos Paranoicos

Hola tengo un blog...también tengo gripe....eso es para estar a la moda....entonces como tengo gripe y no sé que hacer hice un blog...
Si, el nombre es por Chandler...que me gusta mucho....
ay! que se puede hacer salvo ver películas como decía Charly hace años....
Con la paranoia de la gripe A todos hemos vuelto a los temores tipo medievales...Cual será el Santo Grial de nuestros tiempos??? Quienes sus Cruzados???